La venganza del suelo de nuestra infancia: cómo el terrazo pasó de pobre y anticuado a material de lujo
Tras el ‘boom’ de la década pasada, este material deja la viralidad a un lado para consolidarse como un imprescindible en residencias de lujo


En los años setenta había una serie de reglas no escritas sobre cómo debía ser la vivienda común en España. Por ejemplo, una casa sin pasillos no era una casa, mientras el salón se usaba solo para eventos especiales como navidades y cumpleaños, y la formica siempre era el material omnipresente en los muebles de cocina. Baños alicatados hasta arriba o paredes de gotelé eran otros mandamientos que se cumplían a rajatabla. En materia de suelos, mientras la popularidad del parqué de taco ascendía como la espuma, seguían manteniendo el tipo las baldosas de terrazo, ultra resistentes y capaces de aguantar la tralla de una familia numerosa.
Con el paso del tiempo, este componente inseparable de la arquitectura veneciana del siglo XV que surgió para dar salida a los excedentes de mármol y roca de las construcciones de la época, cayó en desuso. Tachado de anticuado y poco sofisticado, repelía a un público que, entrado en el nuevo milenio, abrazaba una estética más minimalista y neutra, en discordancia con este material que recordaba a las casas de pueblo y no comulgaba con los aires de modernidad como lo hacía la madera o el microcemento. “El terrazo fue una solución habitual en suelos de viviendas, espacios públicos y edificios institucionales. Un material funcional y duradero, valorado por su resistencia y bajo mantenimiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, su uso fue perdiendo protagonismo. Esta transformación responde tanto a un cambio de percepción estética como a la dificultad de encontrar mano de obra especializada”, explica Fabiola Meignen, Product Manager de Badi Studio.

Pero ese proverbio popular de que “todo siempre vuelve” no suele fallar, y el terrazo regresó por la puerta grande la pasada década, como predjio la red social Pinterest con una demanda de un 316% en sus búsquedas a finales del 2017. Su vuelta no sería como antaño, solo para revestir suelos en viviendas y edificios públicos, sino como elemento decorativo en forma de grandes encimeras, lámparas de diseño, objetos de papelería o mesas. “Lejos de aquella imagen fría o institucional, el terrazo ha resurgido como una pieza clave en viviendas de diseño gracias a su carácter artesanal, su resistencia y su versatilidad visual”, señala la experta.
En 2025, en cambio, el terrazo ha resurgido como elemento de lujo en proyectos residenciales. “Se ha limitado su uso porque la fabricación es más costosa comparado con otros materiales más modernos y fáciles de instalar, como pueden ser los porcelánicos”, apuntan Galán Sobrini Arquitectos, el estudio de arquitectura de interiores conocido por sus excelsas reformas, que en esta edición de Casa Decor sorprendió con un palazzo diseñado por todo lo alto para una duquesa ficticia, Bruna di Puglia.
Para las arquitectas Adriana Arranz-Sobrini y Cristina Chaves Galán, que fundaron el estudio madrileño en 2008, el terrazo es un material con fuerza y de gran personalidad que funciona mejor en pequeños espacios. Así lo hicieron en el baño que diseñaron para una vivienda de la calle Cea Bermúdez en Madrid, con las paredes revestidas de terrazo rosa que aportaba un punto informal a la línea clásica del mármol y de los apliques y la griferia en latón envejecido. “Es un material muy fácil de mantener y ofrece una amplia gama de colores y diseños. Al estar fabricado a base de fragmentos de piedra, mármol y granito, resulta muy resistente y duradero”.

En la vivienda del barrio de Gràcia que diseñó Badi Studio, expertos en construcción y diseño de interiores en viviendas y hoteles, utilizaron un suelo de terrazo para toda la cocina en colores neutros, lo que aportó un toque retro que se sucede en el salón y armoniza con la calidez de los materiales. Toda una apuesta monocromática no apta para cualquier público, explica Meignen. “Lo demanda un perfil de cliente con sensibilidad por los materiales atemporales, que busca imprimir personalidad y coherencia estética a su hogar. Es más habitual en proyectos boutique, reformas integrales y espacios donde se valora el equilibrio entre tradición e innovación”.
Terrazo artesanal vs industrial, versiones porcelánicas… Un mundo infinito de terrazos
Desde que su uso se popularizó en el Renacimiento junto a una base arcillosa para revestir zonas exteriores de las viviendas (las llamadas terrazzas venecianas, de ahí de su nombre), grandes arquitectos han comulgado con su pátina artesanal y heterogénea a lo largo de la historia. Antoni Gaudí fue uno de los pioneros de su técnica tradicional, con la que cubrió en 1883 uno de los pisos de la Casa Vicens, en Barcelona.
Medio siglo después abrió la fábrica de Huguet en Mallorca, una de las empresas punteras del sector que nació en su origen para fabricar piezas de cemento y derivó en la creación de baldosas hidráulicas, terrazo y ahora también otros materiales como tierra compactada o geopolímeros. “Nuestro objetivo fue crear piezas únicas, auténticas y personalizadas que demuestran envejecer muy bien. contribuyendo a hacer una arquitectura un poco mejor”, expresa Biel Huguet, Director General de Huguet Mallorca. Especializados en la fabricación de piezas a medida y colecciones limitadas junto a creativos tan diversos como Herzog & de Meuron, Sybilla, Barozzi Veiga, Sergison Bates o Pentagram, Huguet son maestros en poner en valor este oficio tan arraigado en el paisaje Mediterráneo.

Ellos mismos explican la diferencia entre el terrazo industrial y el artesanal, las dos principales categorías de este material. El primero, producido en grandes series y pensado para soluciones estándar, resulta funcional, resistente y más económico, pero ofrece menos posibilidades en cuanto a su personalización de colores o formatos. El artesanal, sin embargo, se elabora pieza a pieza, lo que permite escoger desde los áridos a pigmentos a otros acabados, adaptándose de forma personalizada a cada proyecto. “Además, se nota en el resultado: tiene más textura, más riqueza material y, sobre todo, más carácter”, recalca Biel Huguet.
Huguet ensalza el valor sostenible del terrazo, fabricado con materiales reciclados como restos de mármol o áridos reutilizados que ellos mismos imprimen en bestellers de sus catálogos como Pebbles y Palladiana. Ambos patrones destacan por su versatilidad, explican, ya que pueden presentarse tanto en formato de baldosa como en pavimento continuo in situ. “Este enfoque más consciente y responsable ha sido muy bien recibido por arquitectos, interioristas y clientes finales que buscan soluciones con menor impacto ambiental, sin renunciar al diseño ni a la durabilidad”.

Aunque en los últimos años sus fórmulas coloristas han saturado el mercado, el terrazo es un elemento sostenible que la empresa mallorquina recomienda tener presente para una futura reforma. Ser extremadamente resistente, aguantar bien el paso del tiempo y que, además, se pueda recuperar fácilmente, son algunas de sus cualidades. “Es un material honesto, duradero, y con una identidad muy nuestra, muy mediterránea. El microcemento –especialmente el que lleva resinas– es mucho menos duro y sostenible, y más delicado a largo plazo, aunque esté de moda ahora mismo. La madera aporta calidez, pero es más frágil y quizás menos adecuada para nuestro clima”.
Después de una larga trayectoria en el mundo de la baldosa hidráulica, Iván Alvarado, encauzó su proyecto Mosaista en la producción de piezas de terrazo que podían aplicarse sobre mobiliario de cocina, mesas y objetos, además de suelos y paredes. “Las piezas que producimos son bastante artesanales e implican un meticuloso proceso, lo que convierte a este material en un artículo de lujo”, explica este alicantino. Frente al terrazo de la casa de la abuela, producido en grandes cantidades, Mosaista se encarga de renovar el material con nuevas propuestas y usos bajo una producción más reducida.

Alvarado diferencia tres subgrupos de terrazo según su uso: bajo una técnica de prensado, con formatos hasta 60x60cm como su superventas CM 39; prefabricado para piezas especiales a medida; y un gran formato en bloque, que son las que se utilizan en encimeras de cocina. “Cualquiera de las tres opciones sería óptima para un salón, por ejemplo”.
Consejos de interiorismo: donde NO ponerlo, cuidados y cómo integrarlo en una reforma
Si se va a incluir el terrazo en una vivienda, el primer factor a valorar es su lugar. No todo vale, recalcan los expertos, y el éxito dependerá de la estancia que elijamos. Mientras que para Alvarado cualquier parte de la vivienda es válida –salvo el techo-, en Huguet limitan su uso a zonas comunes como salones, pasillos o cocinas, en las que el terrazo artesanal resulta ideal porque permite jugar con el diseño. “Además se puede pulir para obtener un acabado elegante y fácil de limpiar. Lo que nunca recomendaría es instalarlo dentro de una chimenea, por ejemplo, ya que no está diseñado para aguantar temperaturas demasiado altas ni estar en o con el fuego”.

Las zonas de exterior, aunque su origen proceda de aquí, también las debemos evitar, ya que pueden convertirse un suelo resbaladizo si se moja. Galán Sobrini coinciden en este punto y desaconsejan ponerlo en espacios muy expuestos al agua como piscinas. “Tampoco lo pondría en cocinas donde se puedan derramar muchos líquidos”, apuntan. Meignen, en cambio, destaca su valor en esta estancia por sus posibilidades de personalización: “Su resistencia al agua lo hace especialmente adecuado para cocinas, baños y zonas de mucho tránsito. Donde no es recomendable instalarlo es en estructuras inestables o susceptibles a movimientos, ya que puede agrietarse con el tiempo. Tampoco se aconseja en superficies con pendiente o riesgo de deslizamiento, como rampas o escaleras exteriores expuestas a la humedad”. Si no queremos descartar su estética a la intemperie, siempre podemos recurrir a un gres porcelánico con efecto terrazo, como Ragno Realstone Ceppo, de la firma Marazzi. Un material particularmente resistente a la abrasión y a los daños causados por el hielo. “Se puede utilizar tanto dentro como fuera de una vivienda, y es ideal para pavimentos, paredes y cubiertas en general”, explican desde la empresa.
A la hora de intergrarlo en un proyecto de interiorismo, la clave es saber todas las posibilidades que ofrece y dejarse llevar. “En el estudio nos encanta jugar con los tonos del terrazo y combinarlo con papeles pintados y maderas lacadas para crear espacios divertidos. Solemos utilizarlo mucho en baños de niños por su carácter alegre y divertido a la par que duradero”, explican Galán Sobrini.

Su aplicación no tiene por qué limitarse al suelo. Integrar el terrazo en una vivienda contemporánea requiere sensibilidad, explica Miegnen, desde utilizarlo como pavimento principal, hasta incorporarlo en elementos decorativos como encimeras, aplacados o muebles.
Utilizar productos de limpieza neutros, similares al del mantenimiento de la piedra natural, un cepillo suave o lejía diluida en agua para manchas persistentes o recurrir a un tratamiento para recuperar el brillo tras una limpieza intensa, son algunos consejos que Huguet lanza para optimizar su belleza por mucho tiempo. Y aunque es un material que cuenta con una resistencia extrema a los golpes, los pequeños arañazos se pueden reparar en manos de un especialista.
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