Hay mucho trabajo para el papa León XIV en materia de igualdad, trabajo y migraciones
El líder de la Iglesia debe recoger las esperanzas de numerosas mujeres, incluido del mundo desarrollado

¿Quién hizo la comida para el Cónclave de 2025? ¿Quién confeccionó todas esas vestimentas para la misa previa? ¿Quién limpió los suelos? ¿Quién hizo el trabajo escondido? Mientras que la primera pregunta ha sido respondida públicamente, el guiño a quienes hicieron el trabajo, las monjas de Domus Sanctae Marthae, vino con una rápida crítica: Venid al Cónclave. No te quedes por la comida.
En su discurso de 2016 en The World of Labor durante la visita del Papa Francisco a Juárez, Daisy Flores Gámez destacó que, desde su experiencia como trabajadora, los roles laborales afectan a todos los aspectos de la sociedad, lo que significa que la mayoría de las mujeres dedican demasiado tiempo al trabajo para llegar a fin de mes. Además, las casas son solo lugares para dormir. Flores Gámez aboga por la dignidad del trabajo que deje tiempo para construir una comunidad en la que la gente pueda aprender “las cuestiones esenciales: la solidaridad, el aprecio, el cuidado de los unos por los otros, el respeto por la dignidad humana”.
La doctrina católica sobre el trabajo ha sido firme en cuestiones relativas a los derechos laborales y la justicia desde la Rerum Novarum. En 2015 el papa Francisco recibió atención internacional por calificar la brecha salarial de “escándalo”. Y el papa León XIV planea apoyarse en la riqueza de la doctrina social católica “en respuesta a otra revolución industrial y a los desarrollos en el campo de la inteligencia artificial que plantean nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo”. El Papa tiene mucho trabajo por delante para atender las esperanzas de muchas mujeres de todo el mundo en relación con el trabajo, tanto dentro como fuera del Vaticano.
Desde la jornalera hasta la teóloga, la gente lucha por mantener su trabajo y llegar a fin de mes. Un sistema laboral global injusto crea una cultura del miedo basada en lo que el papa Francisco denominó “cultura de la muerte”. Las mujeres se ven afectadas de manera desigual por el trabajo y la economía a nivel mundial. Siguen enfrentándose a desigualdades laborales tanto en la remuneración como en el trabajo que se les ofrece.
A escala mundial, el 94,6% de los hombres participan en la población activa remunerada, mientras que solo lo hace el 51,6% de las mujeres. De media, las mujeres en el mercado laboral siguen ganando un 23% menos que los hombres en todo el mundo. Además, las mujeres también ahorran menos y 742 millones de ellas están excluidas de los servicios financieros formales; si eso fuera un país, sería el tercero más grande del mundo.
Sin embargo, la imagen de las mujeres empobrecidas suele reflejarse en lugares a menudo llamados “subdesarrollados”; “en vías de desarrollo”; “hemisferio sur” o “pobres”. Una mirada más atenta a un par de tendencias interesantes muestra algo sorprendente sobre la relación entre los hemisferios norte y sur. El gráfico Gallup World Poll 2014-2018 muestra que los diez países en los que las madres solteras tienen más probabilidades de caer en el grupo de ingresos más bajos son, por orden: Australia, Finlandia, Países Bajos, Suecia, República Checa, Bélgica, Dinamarca, Polonia, Noruega y Estados Unidos. A las madres solteras les va fatal en la mitad norte del planeta.
En cuanto a las migraciones, el número de mujeres que emigran a nivel mundial ha ido disminuyendo desde el año 2000. Sin embargo, alrededor del 50% de las personas que emigran anualmente a México desde Estados Unidos son mujeres. Según el Departamento de Estado, alrededor de 1,6 millones de expatriados estadounidenses viven en Puerto Vallarta, Mérida, Ciudad de México, San Miguel de Allende, el lago de Chapala y Tulum, donde forman sólidas comunidades de ciudadanos estadounidenses, incluidos jubilados. Aunque el coste de la vida no se menciona como una razón para que la gente de Estados Unidos emigre a México, sí aparece como el primer pro para mudarse.
Hay mucho trabajo para el papa León XIV en materia de igualdad de la mujer, trabajo y migraciones, y no solo en el mundo en desarrollo.
Neomi De Anda es catedrática de teología de la Universidad de Dayton (Ohio).
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