Rajoy aguanta el órdago de Aznar
El presidente exhibe su control del PP y del poder y deja solo a su mentor y exjefe La ofensiva es seria, coinciden aznaristas y marianistas, pero sin peso orgánico real


En agosto de 2003, cuando José María Aznar llamó a Mariano Rajoy a su despacho para designarle como sucesor, nunca imaginó que 10 años después estaría lanzando un órdago contra él. Siempre pensó, dicen los que le conocen, que podría controlar a su disciplinado vicepresidente. No fue así. Rajoy aguanta ahora el pulso de su mentor y recoge lo que sembró en estos 10 años, de forma discreta pero imparable: el control del PP, del poder regional, y ahora del Gobierno.
Prácticamente todos los dirigentes regionales, diputados, eurodiputados y por supuesto ministros están ahí porque Rajoy, que de eso sabe más que nadie —lleva casi 25 años en la cúpula— quiso que estuvieran. Con eso, sin necesidad de hablar, el presidente ha mostrado la enorme soledad de Aznar, analizan varios dirigentes. Y ha exhibido una vez más que poner a prueba su resistencia implica un fracaso casi seguro.
Rajoy es un hombre de poder. Tiene clarísima la jerarquía. Manda el que tiene el puesto. Y él lo tiene. Antes en el PP, donde eligió poco a poco a toda la cúpula regional —solo Madrid se le resiste—. Y ahora en La Moncloa, donde controla el Presupuesto y la legislación, lo que implica también influir sobre el poder económico.
Ministros y exministros, aznaristas y exaznaristas, barones regionales, dirigentes clave... Todos los consultados coinciden en algo: el órdago de Aznar ha caído muy mal en el PP aunque haya gustado mucho a una parte de la derecha en la calle y en los medios.
No está previsto que ningún ministro escuche mañana a Aznar, un gesto claro
Muchos creen que en plena crisis económica no es momento para debilitar al presidente. “Hay cierre de filas. Cuando se está atrás sentado en el coche no se molesta al conductor”, resume uno de los barones. “Los empresarios, los presidentes autonómicos, la gente de poder no está ahora como para hacer operaciones contra el Gobierno. Todos necesitan ayuda. Hay autonomías intervenidas. Empresarios y banqueros necesitan más que nunca el apoyo del Gobierno para salvar sus deudas. Les guste o no lo que hace Rajoy, nadie está en condiciones de montar una operación de derribo”, analiza otro.
“Aznar ha cometido un grave error. Ha quedado como un desleal, anatema en el PP, pero, además, fuera de sitio. Los expertos dicen que para analizar un debate televisivo lo mejor es quitar el sonido, ver los gestos. Haz la prueba: quita la voz a la entrevista. Da miedo, es un tipo sin temple”, analiza una persona próxima a Rajoy.
Muchos creen que Aznar está muy molesto porque ni Rajoy ni el PP le han defendido del caso Gürtel. Pero hay más, señalan los aznaristas. Un deseo claro de influir en el PP, una enorme decepción política con Rajoy y la convicción de que hay que hacer reformas mucho más duras. “Muchos empresarios y gente próxima al PP llevan meses quedando con Aznar para llorarle, para decirle que así no vamos a ninguna parte”, analiza alguien próximo. “Hemos logrado evitar el rescate y superar lo peor, el precipicio de 2012, sin un estallido social de verdad, como en Grecia. Y eso es mérito de Rajoy. Aznar y otros quieren forzar la máquina, pero la paz social es un gran valor”, contesta un marianista.