El Parque Científico de Barcelona logró captar 124 millones en 2024, la segunda mejor cifra de su historia

En el Parque Científico de Barcelona no cabe ni una empresa más. Las instalaciones están al límite de su capacidad, con 86 spinoffs, startups y scaleups, y ya tiene proyectados nuevos edificios para dar cabida a la alta demanda. Sus responsables iten que la ciudad de Barcelona ejerce de polo de atracción para empresas e investigadores, cosa que está ayudando a perfilar toda una miniciudad universitaria e investigadora en la zona alta de la avenida Diagonal.

Este crecimiento se nota también en el balance que el Parque Científico ha hecho público este miércoles. El año pasado, las 86 empresas instaladas en el Parque lograron atraer 124 millones para financiar proyectos, lo que supone el mejor resultado de su historia (el primero fue en 2022). La mayor parte de estos fondos son de origen privado (98 millones), mientras que el resto (27) es público. La empresa que más financiación ha logrado captar es Inbrain Neuroelectronics (78 millones) para desarrollar una terapia innovadora que usa el grafeno para el tratamiento de enfermedades neurológicas como el párkinson o la epilepsia.

El Parque Científico quiere seguir creciendo y ampliar sus 34.000 metros cuadrados de laboratorios y oficinas para acoger nuevos investigadores y ampliar la población actual, de 3.440 trabajadores. Maria Terrades, directora general del Parque, ite que para dar respuesta a demandas urgentes han tenido que habilitar espacios actuales que hasta ahora se destinaban a mantenimiento y que actualmente se hallan en obras para reconvertirlos en laboratorios.

Para ejemplificar este crecimiento, Terrades ha explicado el caso de una startup impulsada por dos jóvenes, que la acabó adquiriendo un gran grupo alemán que se instaló en el Parque, pero que en breve se trasladará, ampliada a Esplugues, por la buena acogida y atracción que genera Barcelona ante otras ciudades europeas (menor coste y mejor clima, principalmente). De hecho, la directora ha asegurado que actualmente el 25% de los investigadores son extranjeros.

Pero planificando a corto y largo plazo, el Parque ha impulsado la rehabilitación del Edificio Cub, de 2.700 metros cuadrados, que actualmente ya existe, pero que fue diseñado para ser un auditorio y ahora habrá que invertir unos seis millones para acondicionarlo como oficinas y laboratorios. Por ejemplo, ahora el edificio no cuenta con ventanas. Las instalaciones estarán listas a principios de 2028 y está previsto que sean ocupadas por una sola empresa, según ha explicado Terrades.

Un segundo gran proyecto es el MIES (Matemáticas, Informática, Economía, Salud), que constará de dos edificios. El primero estará más ligado al Parque y vinculado al ámbito de Salud, que tendrá unos 10.000 metros cuadrados y podrá acoger unos 550 investigadores, que podrán entrar en las nuevas instalaciones en 2029. El segundo edificio estará situado al otro lado de la Diagonal, cerca de la UB, y acogerá la facultad de Matemáticas (ahora ubicada en plaza Universidad), además de investigación vinculada a la informática. El coste de construcción de los dos edificios es de unos 60 millones, a financiar por la Generalitat, la UB i el Incasòl.

Consciente de la situación crítica económica que vivió el Parque hace unos años, Terrades ha defendido que ahora la entidad “es autosostenible”. “Las cosas se ordenaron y ahora con lo que pagan las empresas es sostenible”, ha apuntado.

Gran eje científico

Otro de los grandes proyectos de esta zona alta de la universidad es la ampliación del Hospital Clínic, que supondrá también la construcción de la nueva Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB junto con otros centros de investigación, lo que se traducirá en una inversión de 1.700 millones de euros. “Será el gran polo de ideas, investigación y transferencia, el mejor de Cataluña, y que supondrá la mayor transformación de Barcelona desde los Juegos Olímpicos”, ha destacado Jordi Garcia, vicerrector de investigación de la UB.

Atracción de talento

Sobre la posibilidad de que lleguen un gran número de investigadores de Estados Unidos huyendo de las restrictivas políticas de Donald Trump, Terrades ha itido que lo ven “como una oportunidad”, pero que “todavía no se ha consolidado nada”. La directora general del Parque Científico ha itido que todavía hay elementos que pueden suponer una barrera para la atracción de talento, y no de ellos son las condiciones laborales. “Si vienen será con un contrato temporal y la forma de vivir la vida y la ciencia no es la misma en Estados Unidos que aquí”. Garcia también ha mostrado esperanza de que iniciativas como Talent Bridge funcionen para captar estos investigadores, pero ha pedido más recursos. “Hace falta dinero para atraer talentos”, ha rematado.