Marc Márquez vuelve a Argentina, escenario de sus postreros roces con Rossi y donde comenzó a cimentar su último título

Marc Márquez no puede ya esconder esa sonrisa que anuncia un vendaval sobre la pista. El ocho veces campeón del mundo esperaba grandes resultados tras asociarse con el equipo oficial Ducati, pero ni siquiera él había imaginado que podría conectar tan rápido con ese grupo humano y con la moto más competitiva que ha tenido en su vida. El doblete junto a su hermano Álex en el podio del GP de Tailandia fue el no va a más para él, cuando hace poco más de un año todavía dudaba de si podría volver a competir por todo en la categoría. En la previa del GP de Argentina, segunda parada del campeonato en 2025, el piloto español y líder del certamen por primera vez en seis años, reconoció su excelente momento personal y deportivo, pero también mostró su sorpresa por la sincronía perfecta con su Desmosedici GP 24,5.

“El balance de la moto es impresionante, funciona en todas las condiciones, tanto cuando hay poco agarre como cuando hay mucho”, comentó el catalán, de 32 años. Conocido por sus bailes prohibidos en las discotecas durante las celebraciones de sus mejores años, Márquez ha encontrado en la máquina italiana a la pareja de baile ideal rumbo a la reconquista de la corona. Como si de un tango se tratara, en apenas ocho citas con su nueva compañera, el abrazo entre ambos ha resultado tan emocionante como convincente, arrasando en Buriram, incluso pese al firulete por culpa de la presión de los neumáticos.

Sobrado, y dando una lección de gestión e improvisación impecable, el 93 dejó incrédulos hasta los más optimistas dentro del garaje de la marca. “Marc se impuso con un ritmo inalcanzable para el resto, demostrado sus extraordinarias sensaciones con la moto”, desgranaba Gigi Dall’Igna, máximo responsable deportivo de Ducati Corse y gurú técnico de la categoría. “A pesar de los riesgos que tomó para salvarse de la penalización por la presión de la goma delantera, nos regaló una victoria mágica que destila maestría suprema y puro talento”, añadía el ingeniero veneciano. Otros responsables de la marca reconocieron fuera de micrófono que no esperaban un dominio tan holgado de su nueva joya.

Envuelto en piropos, Márquez no se cansó de enviar mensajes de contención a sus amigos la semana pasada. “Pies en el suelo”, les escribía ante el alud de wasaps, y recordaba que tras una sola carrera no hay ni campeones ni perdedores. “Soy el primero que piensa que es muy bueno empezar de esta manera. Estar en esta posición sienta muy bien. Lo más importante es que me siento relajado, muy cómodo con todo el equipo. La comunicación fluye y es muy buena, pero toca seguir trabajando”, apuntaba desde Termas de Río Hondo, un trazado de recuerdos encontrados donde, eso sí, ha ganado más que nadie (2014, 2016 y 2019). En su última aparición en el circuito, en 2019, venció sobrado con casi 10 segundos de margen sobre Valentino Rossi. En el mismo escenario, justo hace 10 años, un toque entre el mito italiano y el 93 prendió la mecha del feudo que les enemistó para siempre.

Márquez, que apareció en Termas con una camiseta de la selección albiceleste personalizada, ya ha dicho varias veces que tiene la mejor moto de la parrilla, sin querer explicitar que es la más completa de su vida por respeto a Honda, la fábrica que le dio sus seis títulos en MotoGP y le cuidó con esmero hasta en sus peores días. Los números, sin embargo, hablan por sí solos. El de Cervera volvió a señalar a su hermano Álex y a su compañero Pecco Bagnaia como principales amenazas del fin de semana, sin descartar la aparición de las Aprilia. La marca de Noale venció por primera vez en la categoría reina en el trazado en 2022, de la mano de Aleix Espargaró, y cuenta ahora con Marco Bezzecchi, el último ganador aquí en 2023 después de la cancelación del gran premio por culpa de una reyerta política el curso pasado.

El campeón del mundo y referente de Aprilia, Jorge Martín, volverá a ver la acción desde casa mientras se recupera de su última lesión en la mano izquierda. En una aparición sorpresa por videollamada, el madrileño confirmó que se perderá también la tercera cita mundialista, el GP de las Américas, y todavía duda sobre si será posible reaparecer en el GP de Qatar, programado para el 13 de abril. “Es difícil, pero es lo que toca”, reconoció el número uno. Sus compañeros de parrilla le desearon una pronta recuperación y se emplazaron a hacerse la foto de familia al completo a su retorno a las pistas.