Nadal, sacar o caer
El número dos, increpado por una aficionada, dice estar cerca de una “situación límite” por la espalda y ha bajado un 4% la punta de velocidad de su servicio respecto a la edición anterior. Se medirá a Norrie


Hasta ese momento, el rostro de Rafael Nadal era profundamente pétreo. Solo él sabe cómo está verdaderamente esa espalda y, después de casi tres semanas arrastrando problemas, no termina de tenerlas todas consigo. La expresividad del campeón de 20 grandes era mínima. Ni un solo gesto significativo. Hasta que, de repente, en la Rod Laver Arena de Melbourne, una aficionada comenzó a vociferar desde la grada, molesta al parecer con el tiempo que se tomaba el español para sacar. Con un set en el bolsillo y 5-4 en el segundo, 15-0 a su favor frente al estadounidense Michael Mmoh, Nadal (6-1, 6-4 y 6-2) detuvo la maniobra y miró directamente a la espectadora, que ni corta ni perezosa le devolvió un par de muecas, le soltó unos cuantos improperios y finalmente le enseñó varias veces el dedo corazón para dedicarle una peineta.