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Quién soy y adónde voy

“Siendo honesto, no entiendo esta película”: nueve actores que no sabían qué demonios estaban rodando

El director Wes Anderson acaba de revelar que el fallecido Gene Hackman no entendió nada de su personaje de ‘Los Tenenbaum’. No es un caso aislado: hay muchos intérpretes que sacan adelante un papel sin tener ni idea de qué están haciendo

Eva Güimil

31 may 2025 - 05:30CEST

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Gene Hackman / 'Los Tenenbaums. Una familia de genios' – Según ha revelado Wes Anderson durante la promoción de su última película, 'La trama fenicia', Gene Hackman, el llorado protagonista de 'La conversación' y 'Arde Misisipi', no sabía qué pintaba en 'Los Tenenbaums. Una familia de genios'. Hackman ya había mostrado su disconformidad con algunos elementos clave de las películas de Anderson, como el hecho de que todos los actores cobrasen el mismo salario, tanto jóvenes promesas como los actores consolidados, algo que otro de los protagonistas, Bill Murray, había aceptado de buen grado desde su primera colaboración juntos. Pero para Hackman suponía un problema grave que incluso le hizo plantearse abandonar la película, aunque finalmente aceptó quedarse a regañadientes. El rodaje fue tenso por su actitud, algo que también ha reconocido Bill Murray, pero no era una cuestión únicamente económica: Hackman no entendía la película, ni el tono, ni el argumento, algo que le recalcó a Anderson tras finalizar el rodaje. “La película le gustó, pero me dijo que durante el rodaje no la entendía”, reconoció el realizador hace unos días. “Ojalá le hubiera mostrado 10 minutos al principio. Entonces, tal vez, habría dicho: 'Vale, lo entiendo”. No fue el único actor que no sólo fue capaz de protagonizar una película que no entendía, sino que realizó una interpretación magistral. Hay muchos casos similares. — Gene Hackman / 'Los Tenenbaums. Una familia de genios' – Según ha revelado Wes Anderson durante la promoción de su última película, 'La trama fenicia', Gene Hackman, el llorado protagonista de 'La conversación' y 'Arde Misisipi', no sabía qué pintaba en 'Los Tenenbaums. Una familia de genios'. Hackman ya había mostrado su disconformidad con algunos elementos clave de las películas de Anderson, como el hecho de que todos los actores cobrasen el mismo salario, tanto jóvenes promesas como los actores consolidados, algo que otro de los protagonistas, Bill Murray, había aceptado de buen grado desde su primera colaboración juntos. Pero para Hackman suponía un problema grave que incluso le hizo plantearse abandonar la película, aunque finalmente aceptó quedarse a regañadientes. El rodaje fue tenso por su actitud, algo que también ha reconocido Bill Murray, pero no era una cuestión únicamente económica: Hackman no entendía la película, ni el tono, ni el argumento, algo que le recalcó a Anderson tras finalizar el rodaje. “La película le gustó, pero me dijo que durante el rodaje no la entendía”, reconoció el realizador hace unos días. “Ojalá le hubiera mostrado 10 minutos al principio. Entonces, tal vez, habría dicho: 'Vale, lo entiendo”. No fue el único actor que no sólo fue capaz de protagonizar una película que no entendía, sino que realizó una interpretación magistral. Hay muchos casos similares. ©Buena Vista Pictures/courtesy E / Cordon Press

Anthony Hopkins / 'El hombre elefante' – Al protagonista de 'El silencio de los corderos' le sucedió algo similar a lo que vivió Hackman. Un actor consagrado, formado en las tablas teatrales inglesas, frente a un joven estadounidense cuyo único currículum era un extraño largometraje llamado 'Cabeza borradora' que nadie había visto. Un muchacho que a pesar de su escasa experiencia se obstinaba en controlar hasta el más mínimo detalle de la producción. Incluso pretendía diseñar él mismo la máscara protésica que utilizaría el protagonista. Que aquel joven estuviese al frente del proyecto sobre la historia real de John Merrick había sido responsabilidad de Mel Brooks, el talentoso comediante que desde su productora Brooksfilms pretendía impulsar proyectos arriesgados, muy alejados del cine gamberro que se solía asociar a su figura. Brooks intuyó la sensibilidad de Lynch y le dio el mando de la que sería su primera producción de cine comercial. Pero la confianza de Brooks no se trasladó a todo el equipo. Anthony Hopkins, que interpretaba un papel destinado a Alan Bates, no entendía que estaba haciendo el director, pensaba que realmente Lynch no sabía nada, que era un niñato y que aquella extraña película en blanco y negro iba a ser un desastre y una mácula en su carrera. A pesar de que en la película su interpretación del médico Frederick Treves es impecable, Hopkins gastó mucha energía mostrando su displicencia ante Lynch, al que incluso llegó a insultar en el plató, tal como revela el director en su libro 'Espacio para soñar', e intentando convencer al productor para que le despidiese. Afortunadamente, Brooks no lo hizo y la película fue un éxito comercial que consiguió ocho nominaciones al Oscar y hoy es considerada un clásico y una de las mejores de David Lynch. El actor tardó casi 30 años, pero al final dobló la rodilla ante la grandeza del film y se disculpó con el director. “Le escribí una carta para disculparme por mi mal comportamiento en esa película”, reveló. “Me porté fatal y fui muy rebelde. Y él era un poco distante y nunca pude entender de qué estaba hablando, lo que me puso muy irritable, pero era un hombre muy bueno y me gusta mucho”. — Anthony Hopkins / 'El hombre elefante' – Al protagonista de 'El silencio de los corderos' le sucedió algo similar a lo que vivió Hackman. Un actor consagrado, formado en las tablas teatrales inglesas, frente a un joven estadounidense cuyo único currículum era un extraño largometraje llamado 'Cabeza borradora' que nadie había visto. Un muchacho que a pesar de su escasa experiencia se obstinaba en controlar hasta el más mínimo detalle de la producción. Incluso pretendía diseñar él mismo la máscara protésica que utilizaría el protagonista. Que aquel joven estuviese al frente del proyecto sobre la historia real de John Merrick había sido responsabilidad de Mel Brooks, el talentoso comediante que desde su productora Brooksfilms pretendía impulsar proyectos arriesgados, muy alejados del cine gamberro que se solía asociar a su figura. Brooks intuyó la sensibilidad de Lynch y le dio el mando de la que sería su primera producción de cine comercial. Pero la confianza de Brooks no se trasladó a todo el equipo. Anthony Hopkins, que interpretaba un papel destinado a Alan Bates, no entendía que estaba haciendo el director, pensaba que realmente Lynch no sabía nada, que era un niñato y que aquella extraña película en blanco y negro iba a ser un desastre y una mácula en su carrera. A pesar de que en la película su interpretación del médico Frederick Treves es impecable, Hopkins gastó mucha energía mostrando su displicencia ante Lynch, al que incluso llegó a insultar en el plató, tal como revela el director en su libro 'Espacio para soñar', e intentando convencer al productor para que le despidiese. Afortunadamente, Brooks no lo hizo y la película fue un éxito comercial que consiguió ocho nominaciones al Oscar y hoy es considerada un clásico y una de las mejores de David Lynch. El actor tardó casi 30 años, pero al final dobló la rodilla ante la grandeza del film y se disculpó con el director. “Le escribí una carta para disculparme por mi mal comportamiento en esa película”, reveló. “Me porté fatal y fui muy rebelde. Y él era un poco distante y nunca pude entender de qué estaba hablando, lo que me puso muy irritable, pero era un hombre muy bueno y me gusta mucho”. ©Paramount/Courtesy Everett Collection (©Paramount/Courtesy Everett Collection / Cordon Press)

Sean Penn / 'El árbol de la vida' – Hay directores que tan sólo necesitaron una película para ganarse un lugar en el Olimpo cinematográfico. Le sucedió a Terrence Malick con la fascinante 'Malas tierras' y demostró que no había sido casual en la hipnótica 'Días de cielo'. Sus historias no eran las favoritas del gran público, pero los actores estaban dispuestos a cualquier cosa por trabajar con él, un prestigio que le permitió reunir un plantel de estrellas impresionante en 'La delgada línea roja', su adaptación de la novela autobiográfica de James Jones. Un proyecto cuyo resultado final fue de una belleza prodigiosa, pero del que muchos actores salieron escaldados tras ver sus personajes reducidos o incluso borrados durante el montaje final. No lo sufrió Sean Penn, que volvió a encontrarse con el enigmático realizador en 'El árbol de la vida', en la que compartió cartel con Brad Pitt y Jessica Chastain. El argumento, como suele ser habitual en el cine de Malick, era vago, casi una anécdota: el origen y el significado de la vida a través de los recuerdos de la infancia de un hombre de mediana edad. Tan vago que Penn no sabía realmente lo que estaba interpretando. “Francamente, todavía estoy tratando de entender qué hago ahí y qué se suponía que debía aportar en ese contexto”, reconoció años después en 'The Guardian'. “Es más, el propio Terry nunca logró explicármelo con claridad”. El actor reconoce que el problema no estaba en su guion, “el más magnífico que he leído”, sino en su plasmación en la pantalla. “Una narrativa más clara y convencional habría ayudado a la película sin, en mi opinión, restarle belleza ni impacto”, reconoció. Aun así, afirma que la película merece la pena, “y siempre recomiendo que se vaya a verla sin prejuicios”. — Sean Penn / 'El árbol de la vida' – Hay directores que tan sólo necesitaron una película para ganarse un lugar en el Olimpo cinematográfico. Le sucedió a Terrence Malick con la fascinante 'Malas tierras' y demostró que no había sido casual en la hipnótica 'Días de cielo'. Sus historias no eran las favoritas del gran público, pero los actores estaban dispuestos a cualquier cosa por trabajar con él, un prestigio que le permitió reunir un plantel de estrellas impresionante en 'La delgada línea roja', su adaptación de la novela autobiográfica de James Jones. Un proyecto cuyo resultado final fue de una belleza prodigiosa, pero del que muchos actores salieron escaldados tras ver sus personajes reducidos o incluso borrados durante el montaje final. No lo sufrió Sean Penn, que volvió a encontrarse con el enigmático realizador en 'El árbol de la vida', en la que compartió cartel con Brad Pitt y Jessica Chastain. El argumento, como suele ser habitual en el cine de Malick, era vago, casi una anécdota: el origen y el significado de la vida a través de los recuerdos de la infancia de un hombre de mediana edad. Tan vago que Penn no sabía realmente lo que estaba interpretando. “Francamente, todavía estoy tratando de entender qué hago ahí y qué se suponía que debía aportar en ese contexto”, reconoció años después en 'The Guardian'. “Es más, el propio Terry nunca logró explicármelo con claridad”. El actor reconoce que el problema no estaba en su guion, “el más magnífico que he leído”, sino en su plasmación en la pantalla. “Una narrativa más clara y convencional habría ayudado a la película sin, en mi opinión, restarle belleza ni impacto”, reconoció. Aun así, afirma que la película merece la pena, “y siempre recomiendo que se vaya a verla sin prejuicios”. Cottonwood Pictures (ZUMAPRESS.com / Cordon Press)

Tom Berenger / 'Origen' – Aunque lleve años alejado de la primera fila, Tom Berenger tiene tras de sí una trayectoria trufada de títulos interesantes y ha trabajado con un buen puñado de directores de prestigio como Costa Gavras que lo dirigió en 'El sendero de la traición', Ridley Scott con quién rodó 'La sombra del testigo' o el Oliver Stone que lo tuvo a sus ordenes en 'Platoon', por la que recibió una nominación al Oscar. Pero parece que nada prepara para enfrentarse al universo de Christopher Nolan, probablemente el director más hermético del cine actual, al menos de los que trabajan en el circuito comercial. Y a Berenger le tocó precisamente una de sus películas más complejas, el 'thriller' futurista 'Origen', una historia multicapa sobre un grupo de ladrones capaces de introducirse en los sueños de sus víctimas. Fueron muchos los espectadores que no entendieron exactamente cuál era el meollo de la película, aunque la disfrutasen y el propio actor no fue una excepción. “Después de terminarla, si alguien me hubiera interrogado bajo tortura para que les contara exactamente cuál era la trama, me habría resultado muy difícil”, declaró al 'Wall Street Journal'. Según el actor, durante el rodaje nadie tenía muy claro que estaban haciendo exactamente. “Una vez me eché a reír en el set. Elliot Page, me dijo: 'Un momento, ¿esto es un sueño dentro de un sueño

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