Todo el mundo necesita un barman: libros para iniciarse en la coctelería
La primera vez que se acuñó el término cóctel fue en un periódico estadounidense en 1806 y el primero libro de coctelería se publicó en 1862. Esta es una recopilación de las mejores obras dedicadas a esta disciplina.

La primera vez que se acuñó el término cóctel fue en un periódico estadounidense en 1806 y el primer libro de coctelería fue The Bon Vivant’s Companion or How to mix drinks (1862) escrito por Jerry Thomas, padre de la mixología moderna y primer Flair Bartender (quien domina el arte de combinar la elaboración de un cóctel con el espectáculo). Doscientos años después, la coctelería está de moda. Proliferan los cóctel-bar en los barrios, los estrellas Michelin se esfuerzan en copiar la tendencia neoyorquina de ‘come con cócteles’, y los nuevos y modernísimos bartenders han creado sus laboratorios donde realizan sus propias combinaciones con el fin de reforzar la tendencia actual del cóctel creativo y de autor.
La historia del cóctel es fascinante; tanto como para ganar la atención de quienes sueñan con dedicarse a la coctelería o desean tener ese bar de cabecera donde, sin apenas decir nada, el barman ya sabe lo que deseas. Los deseos. Un coctelero tiene algo de confesor, de confidente, de mejor amigo, de amante, de poeta, de escuchante... ¡Quién tuviera un barman en su vida!
Quizá esto mismo debieron pensar Hemingway, Oscar Wilde, Arthur Rimbaud, Zelda Fitzgerald o William Faulkner. Todos ellos, y los que no nombro por extensión, eran verdaderos apasionados de los cócteles, los bares y los muebles bar. Hay una bella relación entre la literatura y la coctelería, entre el cine y la coctelería, entre el arte y la coctelería. Quizá por eso, muchos bármanes parecen creativos de obras efímeras, líquidas, donde tras su elaboración existe esa invitación a un espectador ávido por formar parte de la performance, el ritual artístico codeados en una barra.
El cóctel, como todo, varía con las modas, los tiempos y los personajes que hacen de esos tragos verdaderas leyendas líquidas. A finales del siglo XIX, poetas, literatos y demás intelectuales enloquecían (nunca mejor dicho) con la absenta: “¿Cuál es la diferencia entre un vaso de absenta y el ocaso?”, llegó a escribir Faulkner. Durante un tiempo, el Dry Martini era el trago favorito de la clase alta y, hoy en día, no hay bar que se precie que no ofrezca este combinado. Y hablando de literatos y Dry Martini, en 1999, salió el libro 29 Dry Martinis, That’s the limit!, editado por Edhasa, prologado por Javier de las Muelas, diseñado por Carlos Rolando e ilustrado por Joma. Y junto a todo esto, varios autores de la talla de Bigas Luna, Eduardo Mendoza, Enrique Vila-Matas o Maruja Torres aceptaron la invitación de Javier de las Muelas (uno de los grandes de la coctelería en nuestro país y autor de varios libros muy recomendables) de escribir algún relato donde el Dry Martini fuera el leit motiv de su historia. ¿El resultado? Una joya, descatalogada, pero imprescindible para quienes aman la literatura y los buenos tragos.
