Felipe González pide como Page que las elecciones generales se adelanten a las autonómicas y locales
En un acto por el 40º aniversario de la entrada de España en la CEE, el expresidente socialista defiende el incremento del gasto en defensa para no depender del “mercachifle” de Trump


El expresidente del Gobierno Felipe González ha coincidido este miércoles con el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, en un acto en Toledo por los 40 años de la firma de España y Portugal para su entrada en la entonces Comunidad Económica Europea, hoy la UE. Pero la coincidencia entre los dos socialistas no ha sido solo de lugar, sino también de planteamientos. González ha asegurado que le “parecería bien” la petición del socialista castellanomanchego de que las elecciones generales sean antes que las autonómicas y municipales de mayo de 2027. “Si lo ha pedido él, entonces estoy de acuerdo con Page y no con [Alberto Núñez] Feijóo”, ha remachado el expresidente. A diferencia del presidente de Castilla-La Mancha, que no pone fecha al adelanto de las legislativas, una decisión que depende de Sánchez, el líder del PP exige que los comicios sean inmediatos.
La efeméride de un acontecimiento tan trascendental con la entrada de España y Portugal en la CEE ha reunido al expresidente del Gobierno con su homólogo portugués Aníbal António Cavaco Silva en el Palacio de Fuensalida de Toledo, con García-Page de anfitrión, en un acto en el que se ha conmemorado el “camino compartido” por España y Portugal en vísperas del 40º aniversario de su al club europeo, que hasta ese momento tenía solo 10 países y ya alcanza los 27.
El 12 de junio de 1985 España y Portugal firmaron su incorporación a la Unión Europea. Los dos países meridionales del viejo continente compartían, además de la geografía y siglos de historia interrelacionada, a veces en paz y otras en discordia, el pasado traumático tan reciente de las dictaduras franquista y la salazarista de Marcelo Caetano a la que puso fin la Revolución de los Claveles. La entrada de españoles y portugueses en el club comunitario se hizo efectiva el 1 de enero de 1986 y fue decisiva para la consolidación de las dos incipientes democracias y su desarrollo económico bajo el maná de los fondos europeos.
“Mi sensación no fue la de que se había llegado a puerto y se había conquistado un objetivo. Nuestro ingreso, que se votó por unanimidad, fue más un punto de partida que de llegada”, ha echado González la vista atrás en un discurso marcadamente europeísta, con críticas al “austericidio” con que Bruselas reaccionó a la crisis financiera que arrancó en 2008 y halagos a la respuesta a la pandemia de la covid, favorable al incremento del gasto militar y en el que ha vuelto a quedar patente la distancia con el Gobierno de Pedro Sánchez. El expresidente ha aseverado que España retrasó y “perjudicó” el ingreso de los portugueses en las instituciones europeas, donde se decidió que ambos países lo hicieran al mismo tiempo aunque Lisboa era en este caso el alumno aventajado, mientras Silva ha destacado “la lucha liderada por González en la que se consiguieron grandes victorias en ayudas específicas a la industria o las regiones ultraperiféricas”. “Tuvimos gran suerte de que estuviera Jacques Delors [como presidente de la Comisión Europea]. Fue un gran defensor de la cohesión y su apoyo fue importantísimo para conseguir un desarrollo armonioso en la UE”, ha abundado el dirigente luso. “Se tomó el camino correcto y hay que seguir en él”, ha sentenciado García-Page.
El acto ha comenzado con un minuto de silencio en recuerdo de José Enrique Serrano, exjefe de gabinete de González y del siguiente presidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, que falleció este martes a los 75 años. “Sus firmes convicciones sobre la democracia y su espíritu de consenso han marcado una forma de hacer y pensar la política”, le reconoció la Fundación Felipe González, de la que los últimos años fue su vicepresidente y responsable de la comisión de archivo.
González, que ha lamentado en una alusión implícita al PP que haya partidos políticos que acudan a Bruselas “a plantear un problema hispanoespañol, como la nueva Roma a la que llegan los súbditos” y que se vote lo mismo en el Parlamento Europeo “para volver a no estar de acuerdo cuando bajamos de los Pirineos”, ha defendido la autonomía de la UE para que no dependa de la istración Trump. “La UE se tiene que hacer cargo de sí misma. Tenemos que dar un nuevo avance a la construcción europea”, ha resaltado. A continuación ha lanzado el siguiente aviso: “Si tenemos que depender de Trump, mejor que nos vayamos a California y veamos lo que pasa. O a Ucrania, y a Gaza. No podemos estar en manos de un mercachifle geopolítico. Tenemos que hacernos cargo de nosotros mismos. En serio”. “Aquí se entiende mal esto de las propuestas que llevan siempre implícitamente un análisis crítico de cómo hay que hacer. Si no, ¿qué somos? ¿Meritorios del puto amo?”, ha apostillado González. “Hay un retroceso de la democracia, en el orden internacional no solo juega la democracia, también los regímenes autoritarios que no responden al derecho internacional”, ha alertado el mandatario socialista acerca de una geopolítica “que estamos viendo que es un disparate”.
El expresidente se ha mostrado a favor del incremento del presupuesto destinado a Defensa —el Gobierno de Pedro Sánchez sigue sin nuevos Presupuestos pero ha aprobado elevar antes de que acabe el año el PIB destinado a seguridad hasta el 2% comprometido con la OTAN en 2014—, aunque ha pedido concreción y le ha restado credibilidad a los partidos contrarios a hacerlo. “Tiene que haber una nueva política de mayor grado de integración y de responsabilidad europea. También en política de defensa y de seguridad. Ya sé que la mejor política de defensa para algunos, que no saben de lo que hablan, es decir que no hay que gastar nada en defensa. Ni nada en seguridad. Nada de nada… Van a declarar la paz al mundo… Y quiénes no nos crean que se joden. Que nos ataquen, que no nos vamos a defender. Es una cosa ridícula, es ridículo cuando no malvado”, ha afirmado. El expresidente sí ha incidido en que le gustaría conocer de qué partida presupuestaria saldrán, “por pura responsabilidad”, los más de 10.000 millones de incremento. “Eso se considera una crítica… No una ayuda, no un apoyo… Eso lo desespera a uno, no es la tribu a la que he pertenecido, es una cosa diferente”, se ha quejado en una referencia implícita a su mala relación con la dirección actual del PSOE.
“Hemos perdido convergencias y cuando lo digo se irritan, incluso los míos… Los míos no son, son de Sánchez… Los míos, si hay propietario de esto, la gente más próxima a mí se irrita porque digo que hemos perdido convergencias. Pues tenemos que recuperarla”, ha sido otro de sus reproches a la cúpula socialista.
“Delors dijo que Europa no estaría completa sin España y Portugal, que éramos la parte sustancial que quedaba por integrarse. El anhelo social en España era entrar en Europa, porque significaba democracia, paz, una paz que hoy se ve amenazada con el ataque de Rusia”, ha observado García-Page, que ha advertido del riesgo de “los populismos y sus discursos de odio” que sacuden al proyecto comunitario.
El barón del PSOE ha subrayado la importancia que tuvo que España formase parte de la UE en el desafío independentista del procés, que tuvo su apogeo con la declaración unilateral de independencia de 2017. “¿Qué nos pasaría si España no estuviera en la UE? Esa es una pregunta que flotó hoy mucho con motivo de los graves disturbios independentistas en Cataluña. Lo que a mucha gente le hizo pensar que no se iba a ningún lado, que era un viaje a ninguna parte, era probablemente ese vértigo a no estar en Europa”, ha reflexionado García-Page.
El presidente autonómico ha recordado además que ETA cometió varios atentados el 12 de junio de 1985. “De la manera más macabra y mortífera, ETA dio la razón a la Unión Europea. Cuatro fallecidos, dos atentados, con los que quiso celebrar la banda terrorista la entrada, la firma de adhesión… Fue doloroso y lo sigue siendo su recuerdo, pero hay que verlo desde la perspectiva que da el tiempo: ETA tenía claro que la entrada en la Unión Europea era lo mejor para España, para la democracia, en definitiva, para la unidad de España, porque lo que salía ganando era el concepto mismo de unidad. La unidad hace la fuerza, que es exactamente lo contrario de lo que buscan cualquier tipo de separatismo, que también es una forma de populismo actual", ha discurrido. Su conclusión final es que, hace 40 años, “España se completó en su perfil mismo y en su definición como país”.
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