Más nucleares a cambio de las medidas anti-aranceles
Tras el apagón, Feijóo introduce una nueva exigencia para apoyar el escudo del Gobierno, que confía en que el PP al menos se abstenga este jueves

Que el apagón del pasado lunes se resolvió en un tiempo nada exagerado para la envergadura del problema es una evidencia que permite al propio Gobierno y a Red Eléctrica (REE) defender la arquitectura energética española y el peso de las renovables. Si la apuesta por estas energías es indiscutible mundialmente, en un país como España —con viento y sol asegurados— es una gallina tan ponedora de huevos de oro como la del turismo, aunque se necesitan inversiones y decisiones que no se han tomado.
Dejado atrás el apagón, ahora Sánchez busca respuestas y ha puesto las bases para que lleguen lo antes posible. Pero técnicos y científicos, en España y en la Unión Europea, han aseverado que las causas que ocasionaron el cero eléctrico tardarán semanas o meses en conocerse en detalle. El PP ha decidido acusar al presidente de saber y ocultar. Ha sido notorio que el Gobierno ha estado activo desde el primer momento, pero también que ha faltado transparencia o, al menos, presencia para dar confianza.
Si el apagón parece haberse producido por una concatenación de hechos fortuitos, en el orden político se ha producido otro encadenamiento de asuntos. No importa la escasa o nula relación entre ellos, porque la oposición forzará que mariden. Así, el apagón del 28 de abril en la península Ibérica será utilizado por el PP para negar el apoyo al Gobierno en la votación este jueves del Real Decreto Ley de Medidas Urgentes de respuesta a la amenaza arancelaria y de relanzamiento comercial. Se trata de la respuesta del Parlamento a la imposición de aranceles del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en castigo al mundo y a la Unión Europea por introducir sus productos en este país, en perjuicio, según el mandatario republicano, de los norteamericanos.
En cada país el debate está en plena efervescencia en paralelo al que trata de conducir y ordenar la Comisión Europea. España no es una excepción y, de inmediato, el Gobierno empezó a trabajar con los sectores afectados y con los grupos parlamentarios de la mano del ministro de Economía, Carlos Cuerpo. El buen tono y la cordialidad con los que se han desarrollado las conversaciones entre el ministro y el responsable de Economía del PP, Juan Bravo, es lo único positivo de los encuentros. Del fondo, nada.

El PP argumenta que el Gobierno no acepta ninguna medida que los populares proponen, entre las que sobresale la bajada de impuestos. Tras el apagón, se ha incorporado otra propuesta innegociable: si el Gobierno quiere el apoyo al real decreto ley para paliar los mazazos arancelarios de Trump, tiene que comprometerse por escrito a alargar la vida de las centrales nucleares en España. Nucleares por medidas anti-aranceles.
Un debate maniqueo
A cuatro días de la votación del decreto en el Gobierno aún confían en que el PP, al menos, se abstenga cuando se sometan a votación las medidas para mitigar los daños que la istración Trump quiere infligir a los productos europeos y españoles. Con el rechazo al decreto y a todo lo que propone el Gobierno, el PP cubre el flanco más conservador, el propio y el que está o puede estar con Vox, pero se arriesga a que se le identifique con los intereses de Trump y, en consecuencia, se perciba como alejado de los intereses de sectores de producción españoles. Este análisis gubernamental anima a Moncloa a pensar en que, con grandes descalificaciones y con mezclas de todo tipo, el PP se abstendrá.
El debate nuclear irrumpirá de forma maniquea. Nucleares o renovables. La voz de los expertos entrará con sordina esta semana en el Congreso. A Sánchez se le espetará que su “sectarismo” lo lleva a abrazar solo las renovables. La apuesta es evidente, como señaló ayer en una entrevista a EL PAÍS la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen: “España será verde o o no será”.
Los populares y resto de los grupos de oposición, tras el debate con Sánchez, interpelarán a la ministra con una veintena de preguntas. No hay duda de que el PP ha abrazado la causa de alargar la vida de las nucleares, pero no están solos. El partido de Alberto Núñez Feijóo consiguió el apoyo de ERC y de Junts en una proposición no de ley, sin efectos prácticos pero sí de posición política, para no cerrar en los plazos previstos la central nuclear de Almaraz. Diversas plataformas a favor de esta posición empezaron su actividad mediática hace semanas y tenían previsto, antes del apagón, incrementarla en los próximos días.
El PP ha tomado alas en pro de alargar la vida de Almaraz a raíz de los sucesos del pasado lunes 28 de abril, pero sin entrar en la discusión de fondo. En este, como en otros asuntos controvertidos, la estrategia se mantiene en la crítica al Gobierno y no en la defensa de posiciones propias. No aparecer como pro-nuclear, ni tampoco como acérrimo del presidente Trump, al modo de Vox. Un presidente, por cierto, que ha irrumpido en las vísperas del cónclave vaticano, mostrándose ante el mundo disfrazado con ropaje y ornamentos de papa.
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