La exclusión sanitaria acaba, pero la lucha continúa


Natalia quiere saber si ya, por fin, puede ir al médico. Si no la despacharán como ha ocurrido todas las veces que lo ha intentado durante los últimos tres años. Tampoco es que le urja mucho porque de momento no se encuentra demasiado mal, pero lleva seis años sin que la examine un doctor. De estos, durante los dos últimos ha sufrido de vez en cuando los terribles dolores estomacales que la aquejaron años atrás, en su Ucrania natal. Primero no iba porque se encontraba bien. Y, cuando dejó de estarlo, se enteró de que no podía porque el Gobierno español había retirado la tarjeta sanitaria a todos los inmigrantes que, como ella, están en situación irregular. Lleva aguantándose dos años largos ya.
Natalia limpia casas por la mañana, cuida ancianos por la tarde y vive en un piso de Alcorcón con su marido, también ucraniano. Su hermana y su cuñado también están en la capital. No son de los que vinieron a raíz de la guerra; ellos llevan aquí bastante tiempo, unos tres años, y es ahora cuando están a punto de conseguir los papeles. Pero, mientras que su hermana Svetlana domina bastante bien el idioma, a Natalia se le ha atravesado un poco, así que le cuesta mucho esfuerzo enterarse de lo que cuentan los periódicos o las televisiones, o sus propios vecinos, sobre los nuevos cambios en materia sanitaria para migrantes como ella.
Natalia me pregunta si ya puede ir al médico a que le revise el estómago. "Seis años son muchos años", me dice con dificultad. Un momento antes, ha confundido la palabra "termómetro" con "alfombra". Con semejante cacao mental, parece normal que no entienda qué debe hacer ahora. La cuestión es que tampoco sé muy bien qué contarle porque yo misma estoy hecha un lío. Nos han pillado a todos las vacaciones por en medio y, haciendo memoria, lo primero que me viene a la cabeza son un puñado de titulares muy random. Empiezan por queAragón, Valencia, Baleares y Cantabria devuelven la sanidad a los inmigrantes, siguen por Cifuentes dando la orden de que Madrid también dé atención médica a la de ya. Luego, algo de que Rajoy amenaza con multas a las autonomías que han tomado esta decisión. Por en medio, Ciudadanos remando en la dirección contraria y el Gobierno diciendo que Europa nos iba a castigar muy mucho por atender a inmigrantes pese a que, en realidad, el Consejo Europeo juzgó esta medida como ilegal.Y, de repente, el Gobierno recula y va a dar la sanidad gratuita a todos.
Vale; visto así suena todo muy bien. "Natalia, ahora sí puedes pedir hora al doctor", le digo. "¿Y no me van a cobrar">
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