La poda se opone a la reducción de CO2

Estos días de finales de agosto han podado las palmeras de mi barrio, en Badajoz. Por indicación de los responsables del Ayuntamiento, han reducido su conjunto de hojas verdes al menos un 70%.

Y el hecho es que con esta medida han conseguido mermar también su actividad en la fijación de CO2 de la atmósfera en un 70%. Y de paso la sombra que daban a los paseantes también se ha reducido ostensiblemente, justo cuando más falta hace para dar algo de cobijo en las calurosas horas de verano.

Parece lógico que en la poda de palmeras lo que se quite sea sólo las hojas secas. Y no todas las hojas verdes que además han costado tantos recursos criar (siembra, cuidados, transportes, trasplantes, riegos, etcétera). ¿Las quitan precisamente cuando mejor hacen su función? Se trata de una función que nuestros políticos persiguen por otros medios, con ideas en las que invertirán ingentes recursos y que cuando las tienen ahí, ya sin coste, gratis como quien dice, van y la cercenan.

Eso sí, con un amplio despliegue de recursos: entre camiones, furgonetas, grúas mecánicas, motosierras y demás... Todo un conjunto de medidas que por cierto hace su propia aportación de más emisiones de CO2 a una atmósfera ya suficientemente saturada.

Juzguen ustedes mismos el balance final de un trabajo aparentemente rutinario que parece no llamar la atención.