La no conquista del Ventoux
Armstrong critica a una parte del público que le acusó de doparse

Robin Williams, el actor de Hollywood, está feliz en la salida. Se echa la boina hacia atrás, estilo chic, se pone unas gafas de ciclista, sonríe, posa, flash, y otra foto. Se abraza a un niño, se agacha con unos minusválidos en silla de ruedas, se abraza a una china que le entrevista. Está en el Tour, lo más próximo al rodaje de una película que puede ofrecer el mundo del deporte, está en una carrera ciclista, con lo que le apasiona el ciclismo, y está al lado de Lance Armstrong, su héroe. '
Me gusta el ciclismo porque soy de San Francisco, donde la gente va en bicicleta, y porque es el deporte de la soledad', dice en un francés alto y claro. 'Y como soy famoso, la bici es la única forma de evadirme, de perderme por un monte, por un río, por el campo'. Williams está también contento porque va a seguir la etapa del Ventoux en el coche de Bruyneel, el director de Armstrong. 'Es que Armstrong es tan buen ciclista, tan fuerte, y cómo arranca, qué cambio de ritmo, es un cohete. Y su vida... su recuperación del cáncer, su lucha. Daría no para una película, sino para muchas'. Y quizás desde el Fiat Marea del US Postal, desde ese lugar privilegiado, Williams vio una de ellas, una que podría titularse 'La no conquista del Mont Ventoux', una película que el propio Williams resumió, a mitad de ascensión al gigante de Provenza, con este lema: 'Puede que Lance no gane la etapa, pero está ganando el Tour'.
El estadounidense lamenta ahora haber dejado ganar a Pantani hace dos años