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‘Net art’: el arte al que el tiempo dio la razón

El confinamiento ha despertado un renovado interés por los creadores digitales que trabajan con el lenguaje de Internet para cuestionarlo desde dentro

Captura de pantalla de 'My Boyfriend Came Back From the War', obra de la artista rusa Olia Lialina.
Silvia Hernando

A finales del pasado siglo, las preocupaciones de la humanidad eran bien diferentes de las de ahora. Al paso de la última década, fue creciendo y madurando un pánico que se reveló infundado exactamente un día y a una hora concretos: la medianoche del 31 de diciembre de 1999. El efecto 2000, aquella teoría que auguraba un apocalipsis provocado por una tecnología que no sería capaz de adaptar sus sistemas a las fechas del nuevo milenio, acaparaba portadas y titulares. La modernidad desbocada despertaba miedos atávicos. Tras su nacimiento en los primeros ochenta, Internet irrumpía entonces en los hogares occidentales y su naturaleza virgen y salvaje comenzaba a ser explorada... y dominada. Entre los primeros aventureros de la Red, enseguida surgieron algunos que aprovecharon sus prospecciones para experimentar con nuevas formas de expresión, pioneros del llamado Net Art como el dúo JODI, Heath Bunting y Olia Lialina.

Después de Internet, se creó en 1989 la World Wide Web, una red de documentos interconectados a nivel global. De las incursiones en este terreno surgieron obras que ya se podrían considerar históricas como My Boyfriend Came Back From the War (Mi novio volvió de la guerra, de 1996), una narración virtual ideada por la rusa Lialina que, en vez de pasar página como un libro, salta de un enlace a otro; y Automatic Rain (1995), de JODI, uno de los primeros trabajos que se valieron del navegador como herramienta creativa: tesoros que hoy forman parte de los museos de la arqueología digital y que hablan de una época donde el campo virtual no tenía puertas y los virus que acechaban el mundo no tenían que ver con la biología.

Gif de la artista de net Art Olia Lialina.

En estas semanas en las que la cultura se ha volcado en la Red para proporcionar desde la seguridad del hogar a muestras, encuentros y proyectos creativos, el Net Art, o Arte de Internet, se reafirma como el arte que siempre estuvo allí. Páginas como Net Art Anthology, una antología propuesta por la organización artística Rhizome para el New Museum, un museo dedicado al arte digital con localización física en Nueva York y otra gran sala de exposiciones en línea, recuperan y ponen en valor el legado estético, político y tecnológico de una corriente que remite a una época muy concreta de la historia y que ejerce de ojo crítico ante los radicales cambios sociales, económicos y culturales ocurridos en las últimas décadas.

“El momento actual de confinamiento internacional tiene muchas implicaciones para el Net Art”, señala Michael Connor, director artístico de Rhizome y comisario de la exposición retrospectiva online del New Museum, titulada The Art Happens Here. “Para muchos, el Net Art sigue siendo un modo de hacer comunidad y de conectar con los otros en tiempos difíciles. Incluso en los ochenta y noventa, los artistas más interesantes no trataban Internet y sus redes como un mundo nuevo y libre, sino como un espacio de conflicto. Pero, ciertamente, la centralización extrema a la que se ha visto sometida la atención online en los últimos años ha supuesto un reto para los artistas, que se enfrentan a la dicotomía entre llevar a cabo sus performances, poemas, glitch art o grupos para compartir memes en plataformas corporativas o intentar modelar otros espacios en línea, luchando contra los patrones dominantes de la economía de la atención”, señala sobre la evolución de este movimiento artístico.

Captura de pantalla de 'Garlic = Rich Air', de 2002, obra de la artista Shu Lea Chang recogida en la antología 'This is where the art happens', del New Museum de Nueva York.

Fuera o dentro del establishment, desde una página web a un meme, Internet es una fuente inagotable de opciones creativas. Después de estudiar crítica de cine y periodismo, Olia Lialina se lanzó en los noventa a producir películas específicas para el ciberespacio. Si algo está concebido para la Red, pensó entonces, debería hablar su mismo lenguaje. El HTML. Así fue como, sin tener realmente un plan artístico preestablecido, Lialina empezó a generar propuestas como la mencionada My Boyfriend Came Back From the War; y así fue también como, poco a poco, fue convirtiéndose ella misma en modelo de GIFs: no por vanidad, sino porque fue aprendiendo cómo mover su cuerpo para que funcionara el loop, dando lugar a numerosos ejemplos pioneros de animaciones visuales producidas con un sentido artístico.

“Para el Net Art, la web y la propia Internet, así como los protocolos, los navegadores, los servidores, los proveedores de servicios de alojamiento, etc... son el material y no solo el medio para desarrollar arte”, apunta Lialina. Con Internet se potenció también el arte de lo efímero: frente al caracter eminentemente documental de la Red, muchas propuestas online están destinadas a desaparecer, bien porque quedan desfasadas tecnológicamente hablando o bien porque sus autores así lo deciden. Este es el caso de los proyectos recogidos en aarea.co, una plataforma curatorial que encarga y presenta trabajos que solo están disponibles por un tiempo limitado. En la web de la antológica del New Museum, del otro lado, se puede ver cómo muchas de las URL que presentan remiten a copias de páginas web, fantasmas digitales que no se adaptan a los actuales navegadores.

Captura de pantalla de una de las obras de aarea.co.

Igual que en su día Internet se convirtió en una especie de lienzo en blanco en el que volcar las inquietudes del momento, a día de hoy los artistas siguen recurriendo a la Red para crear, opinar y proponer ideas en torno a cuestiones que definen la actualidad, una categoría que en las últimas semanas ha quedado prácticamente reducida a un único tema: el coronavirus. Gracias a la rápida capacidad de respuesta que facilita Internet, ya hay exposiciones de arte digital que abordan el todavía irresuelto asunto. “Nuestra muestra surgió de una conversación sobre la exasperación: en los inicios de la cuarentena en Norteamérica, las co-curadoras de la muestra y yo teníamos esta extraña y pesada sensación de no tener ni idea de lo que estaba ocurriendo. Era una especie de sentimiento de frustración existencial que comprendimos que en realidad es universal”, señala Wade Wallerstein, que ha comisariado junto a Lorna Mills y Faith Holland la muestra Well Now WTF?, una selección de GIFs creados por ocho decenas de artistas que reflexionan sobre “la falta de control y de capacidad para iluminar el camino hacia el futuro, tanto desde una perspectiva individual como colectiva”.

GIF de la exposición 'Well now WTF window._taboola = window._taboola || []; _taboola.push({mode:'thumbs-feed-01',container:'taboola-below-article-thumbnails',placement:'Below Article Thumbnails',target_type:'mix'});
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