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Guerra de ‘hackers’ en el Magreb con millones de datos robados entre Marruecos y Argelia

Un grupo de piratas informáticos argelinos accede a información sensible de la Seguridad Social y de jueces marroquíes. La venganza: una brecha integral en el sistema financiero del país vecino

Un ciberpirata opera varios ordenadores para infiltrarse en un sistema informático.
Juan Carlos Sanz

Marruecos y Argelia se enfrentaron con las armas hace seis décadas, en sus primeros años de independencia, en una disputa territorial por el desierto del Sáhara. La guerra de las arenas revive en las últimas semanas, pero ahora se libra en el ciberespacio.

Un grupo de piratas informáticos argelinos ha capturado datos personales de cerca de dos millones de afilados a la Seguridad Social, en la mayor infiltración digital registrada en Marruecos. El reino jerifiano también acaba de sufrir una presunta brecha en el Consejo General del Poder Judicial, con la exposición datos de 5.000 jueces, y en la vía telemática de notarial al catastro. En contrapartida, hackers marroquíes se han atribuido una intrusión masiva en el sistema bancario de la vecina república democrática popular.

La sucesión de ciberataques no ha venido seguida de una petición de rescate económico, como es habitual entre las mafias del internet profundo, sino de pronunciamientos geopolíticos en las redes sociales en torno al conflicto del Sáhara Occidental.

En el primer episodio de la ciberguerra, el portavoz del Gobierno de Rabat, Mustafá Baitas, acusó en abril de los ataques informáticos a “actores hostiles” que buscan “entorpecer los logros y victorias diplomáticas” marroquíes. La Caja Nacional de la Seguridad Social reconoció entonces en un comunicado que había sufrido una fuga de datos y suspendió temporalmente el a su sede electrónica. La prensa local recalcó que se habían aireado nóminas, cuentas bancarias y correos electrónicos de cerca de dos millones de cotizantes.

El trasfondo del Sáhara Occidental

Estados Unidos acababa de expresar en ese momento su pleno respaldo a Marruecos en el contencioso del Sáhara Occidental, cuya soberanía reconoce desde 2020. Después de que Reino Unido diera hace 10 días un giro en favor de la tesis marroquí de la autonomía saharaui —tras los pasos de España y Francia—, los ataques informáticos se han redoblado.

Los partes de la ciberguerra del Magreb se publican en la red social Telegram. El grupo de hackers argelinos Jabaroot se responsabilizó este martes de la infiltración en el sistema interno del Ministerio de Justicia marroquí. Asegura tener en su poder datos confidenciales del ministro, Abdelatif Uahbi, de 5.000 magistrados y de 35.000 funcionarios. Pasadas 48 horas desde que circularon las primeras informaciones, el Ministerio de Justicia desmentía este miércoles haber sufrido un ciberataque.

Los mismos piratas argelinos se han atribuido además una intrusión de gran amplitud en las bases de datos del catastro marroquí, con la captura de más de 10 millones de documentos, entre los que figuraban operaciones inmobiliarias de figuras públicas. La Agencia Nacional de Conservación de los Títulos de Propiedad del Catastro negó de inmediato que sus archivos hubiesen sido violados y derivó la brecha a la plataforma de consultas del Colegio de Notarios, que fue puesta de inmediato fuera de servicio.

Phantom Atlas, un consorcio de hackers marroquíes, replicó en la misma noche del martes a través de Telegram que se había infiltrado en el sistema bancario de Argelia a través de una brecha en la Mutualidad General de Correos y Telecomunicaciones. En la misma red, los piratas mostraron capturas de pantalla de transferencias, extractos de cuenta y documentos de identidad de clientes del Banco Nacional de Argelia, que opera todas las transacciones en el país.

En otro contraataque, también los piratas informáticos marroquíes reivindicaron haber obtenido integral a la red de infraestructuras de internet de Algérie Telecom, la compañía telefónica estatal, y a la base de datos del Ministerio de Trabajo, donde dicen haber detectado ficheros que revelan “graves irregularidades en la gestión istrativa”.

“Actores no estatales”

Tras la declaración del portavoz del Ejecutivo de Rabat, ninguno de los dos Gobiernos se ha vuelto a manifestar en el campo de batalla de la ciberguerra del Magreb, que los expertos atribuyen a “actores no estatales”.

La Fiscalía de Rabat, en un comunicado citado por la agencia Efe, se limitó a abrir una investigación el martes sobre las “informaciones que circulan” en torno a ciberataques al Consejo General del Poder Judicial, sobre los que la Dirección General de Seguridad del los Sistemas de Información aún no se ha pronunciado. Las pesquisas han sido encomendadas a la Brigada Nacional de la Policía Judicial, unidad de élite que sirve de enlace con Interpol y mantiene estrecho o con la Dirección General de Supervisión del Territorio (DGST, servicios de inteligencia).

Silencio oficial

El silencio oficial contrasta con el clamor en las redes sociales. Phantom Atlas define en Telegrama sus ciberataques contra Argelia como una “respuesta directa y calculada” al asalto digital a la Caja Nacional de la Seguridad Social marroquí. “Cualquier provocación será objeto de una represalia desproporcionada”, advierten los hackers del reino magrebí, en defensa del llamado Sáhara marroquí en plena escalada de la ciberguerra.

El encadenamiento de ataques informáticos se ceba con Marruecos, que figura entre los 25 países más expuestos digitalmente en todo el mundo, según el Barómetro de Riesgos de 2025 publicado por Allianz. El vertiginoso crecimiento de las gestiones y servicios en línea, tanto públicos como privados, plantea dudas sobre si el reforzamiento de los sistemas de ciberseguridad ha discurrido en paralelo.

Expertos citados por el portal informativo Le360 advierten de que el pirateo ha puesto de relieve que muchos altos cargos, incluidos jueces, utilizan correos electrónicos de Gmail, Hotmail o Yahoo en sus comunicaciones oficiales, lo que puede facilitar el phishing o fraude digital.

La empresa Data Protect tenía adjudicado el servicio de ciberseguridad tanto de la Caja Nacional de la Seguridad Social como del Ministerio de Justicia. Aparentemente, su escudo informático se mostró permeable a los ataques y fue incapaz de detectarlos, de acuerdo con una investigación de Le Desk. La misma compañía dirige también el centro de operaciones de seguridad de la web de la sede electrónica del catastro marroquí. Data Protect presta servicio, además, en la Agencia Nacional de Electricidad y Agua, así como en la compañía pública Correos de Marruecos.

Relaciones rotas desde 2021

Para Anas Motii, profesor de ciberseguridad de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica Mohamed VI —la más avanzada tecnológicamente de Marruecos—, la creación de centros de operaciones de seguridad con “vigilancia permanente” es una exigencia esencial. En declaraciones al semanario Jeune Afrique, este experto propone “el a plataformas y la adhesión alianzas internacionales” para reforzar las defensas locales. En 2024, el reino jerifiano sufrió 12,6 millones de ciberataques, según el portal Hespress.

En la ciberguerra no declarada del Magreb, son solo los hackers quienes por ahora hacen visibles las hostilidades entre Marruecos y Argelia. Ambos países mantienen rotas las relaciones diplomáticas y económicas desde 2021, clausuraron sus fronteras comunes en 1994 y se enfrentaron en 1963 en un conflicto abierto en las ardientes arenas del Sáhara.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.
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